FAQ

Desde el punto de vista agronómico, las bayas son frutos carnosos sin hueso, que derivan de un ovario súpero, es decir, tanto el ovario como las otras partes florales (sépalos, pétalos y estambres) se encuentran sobre el mismo punto de inserción del receptáculo. El ovario da lugar a un pericarpio (parte que recubre las semillas), totalmente carnoso o jugoso, como por ejemplo una uva, un kiwi o un tomate.

Sin embargo lo que a todos se nos viene a la cabeza cuando pensamos en las “bayas” son los mal llamados “frutos rojos”, frutos del bosque o “berries”, que en climas fríos o templados podemos recolectar de manera silvestre en los arbustos de bosques o montañas.

Y la explicación es que, debido a que los frutos rojos como el arándano, la grosella o la uva crispa, provienen de ovarios ínferos lo que provoca que el tubo floral y el receptáculo también formen parte del fruto, se clasificaron agronómicamente como “falsas bayas”, “pseudobayas” o "bayas raras", términos que hoy en día ya están más bien en desuso. La principal ventaja de los frutos del bosque además de estar deliciosos, es que nos comemos directamente las semillas, la pulpa y la piel de un solo bocado y hacen que su consumo sea muy fácil y apetecible.

Cabe mencionar que también existen algunos casos de frutos rojos que agronómicamente son verdaderas bayas, pero son muy poco conocidas.

Sin embargo dentro de los frutos rojos no todo son bayas, también encontramos drupas como una endrina o una cereza y polidrupas como las frambuesas y las zarzamoras.

Por lo tanto recuerda que cuando en español hablamos de bayas o frutos del bosque no tiene por qué ser necesariamente lo mismo. Y es que la literatura agronómica en muchos casos no tiene nada que ver con la cultura popular.